lunes, 10 de agosto de 2009
ROGER MILLA , EL TALENTO TARDÍO
Más vale tarde que nunca. Esa premisa sería la mejor manera de definir la carrera de Roger Miller. Sí, Miller. El considerado como mejor jugador de Camerún de todos los tiempos guardó los mejores momentos de su carrera para el final. En esa etapa en la que los futbolistas calientan banquillos, buscan cerrar su trayectoria en equipos modestos o deciden firmar el último gran contrato de su vida y jugar en una liga exótica, el león indomable de Yaoundé se empeñó hacer historia. Fue la consagración, la verdadera explosión de un futbolista que rebosaba talento.
Curiosamente, sus inicios no presagiaban un estancamiento, apuntaban a la habitual evolución de una joven promesa. Que a los 18 años ya jugara en uno de los equipos punteros de su país, el Leopard de Douala, y que su orgía goleadora le llevara a conquistar el Balón de Oro Africano a los 24 años, eran claros indicios de que estábamos ante el mejor jugador que Camerún había dado jamás. Lo que nadie esperaba es que las temporadas venideras sumergieran a Milla en una dinámica de pesimismo, discrección y frustración por sus repetidas aventuras fallidas en la Liga Francesa.
Roger Miller decidió cambiar su apellido por el de Milla, que sonaba más africano
Roger Miller, que decidió cambiarse el apellido por Milla porque sonaba más africano, fue un incomprendido de la Ligue 1. Desembarcó en Europa con 25 años gracias a una jugosa oferta del Valenciennes. Dos temporadas en el norte de Francia en las que Milla no pudo brillar. La adaptación parecía ser el factor determinante de ese bajo rendimiento, pero sus posteriores aventuras en el Mónaco y Bastia demostraron que los pronósticos en torno al camerunés se iban quedando por el camino. Al menos, con estos dos últimos, consiguió estrenar su palmarés europeo con dos Copas de Francia. Mientras su talento se esfumaba en tierras galas, él iniciaba su leyenda con los leones indomables logrando una histórica clasificación para el Mundial de España.
Luego llegarían el Saint-Etienne y el Montpellier, equipos que vivieron los mejores años del camerunés en Europa. Recuperó su tremendo olfato goleador y dejó detalles de su gran calidad y lectura del juego antes de regresar a su país. Y es que la filosofía de vida de Milla no encajaba en Francia. Sus costumbres de salir a bailar el día antes de los partidos, o sus constantes viajes a Camerún terminaron por desquiciar a los equipos técnicos con los que trabajó el camerunés. "La gente me juzgaba por lo que oían o leían en la prensa y los grandes clubes no tenían ninguna fe en mí", señalaría Milla más adelante. Francia había absorbido los mejores años de Milla sin disfrutar de sus desequilibrantes cambios de ritmo o de su baile de Makossa (con el que celebraba sus goles).
Retirada momentánea
Tras conquistar su segunda Copa de África, Milla decidió poner punto y ¿final? a su carrera con la selección con el Mundial de Italia 90 a la vuelta de la esquina. Pero una llamada inesperada y a la postre muy afortunada, hizo que Milla se replanteara volver a liderar los leones indomables. El mismísimo presidente de Camerún le pidió que regresara, y Milla aceptó. Fue el principio de la que sería la mejor participación de una selección africana en un Mundial. Con 38 años, Milla completó una selección de gran nivel junto a Nkono, Makanaky u Oman Biyik. Los leones indomables arrancaron la cita mundialista con impacto, sorprendiendo a la Argentina de Maradona. Milla se estrenó en el siguiente encuentro con un doblete para superar a Rumanía. Camerún ya estaba en octavos.
En el estadio San Paolo de Nápoles llegó el gran momento en la carrera de Milla. Camerún y Colombia medían sus fuerzas en un choque que fue a la prórroga, y que el de Yaoundé rompió con otros dos goles. En el primero fusiló a Higuita tras sentar a Perea y Escobar y el segundo castigó una frivolidad del meta colombiano. "Quiso regatearme. A Milla no le regatea nadie", explicaba más tarde el camerunés. El histórico papel del combinado africano se vio frenado por la Inglaterra de los Gascoigne, Shilton, Platt y Lineker. Un partido para el recuerdo en el que los 'pross' tuvieron que empatar en el último suspiro, y de penalti, y que decidieron en la prórroga. El momento de Camerún había pasado. El de Milla, aún no.
Cuatro años más tarde, con 42 años, el camerunés volvía a una cita mundialista. Pero esta vez sería distinto. La suerte no se alió con los leones indomables, que tuvieron que lidiar en el grupo con la Brasil de Romario y Bebeto y la mejor Suecia que se recuerda. Dos partidos en los que Camerún tuvo un papel más que digno. Para cerrar su participación, Milla marcó en el partido ante Rusia (el de los cinco goles de Salenko) y demostró que con ilusión y talento, todo es posible.
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1 comentario:
Grande Milla como nos hizo sufrir a los argentinos
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