martes, 4 de agosto de 2009

KENNY DALGLISH , EL REY DE ANFIELD

Comenzó a jugar con el Celtic con 16 años · Ostenta el récord de máximo goleador con Escocia · Su primera Champions con el Liverpool fue con un gol suyo ante el Brugges · Vivió la tragedia de Heysel como jugador.



Un paseo por Anfield, una sencilla conversación con los aficionados del Merseyside, serviría para hacerse una idea de lo que Kenny Dalglish (4 de marzo de 1955) supuso para el Liverpool. Un vistazo a su palmarés, también. Muchos fueron los obstáculos que el escocés encontró en su carrera y todos los sorteó con la habilidad con la que esquivaba a sus rivales. Dio tardes de gloria al Celtic y a los 'reds' y, sobretodo, al mundo del fútbol.

Una zurda de oro, prematura, con prisas por triunfar a pesar de un inicio algo desconcertante. El pequeño Kenny comenzó jugando como portero hasta que se dio cuenta de su potencial ofensivo. A los 16 años, aquel chico que oía desde casa a los aficionados de Ibrox Park fichaba por el eterno rival, el Celtic de Glasgow. Dirigía a los católicos por aquel entonces Jack Stein, que se enamoró del chico y mandó a su hombre de confianza, Sean Fallon, a convencer a sus padres. Se dice que cuando Dalglish llegó a casa y vio a Fallon, corrió a su habitación para desempapelar sus paredes 'protestantes'.

El Liverpool, que la rechazó en unas pruebas de joven, le fichó como el sustituto de Kevin Keegan

Y arrancó la fulgurante carrera del escocés. En su primera temporada logró el doblete (Liga y Copa) marcando 23 tantos en 49 partidos. En la siguiente se superó y se adjudicó su segunda liga con 41 tantos en 53 partidos. Casi nada. En la tercera repitió éxito y en la cuarta llegó el primer fracaso. Un accidente de tráfico dejó a Jack Stein sin poder dirigir al equipo durante muchos partidos y eso le pesó a Dalglish y compañía. Pero todo volvió a la normalidad y los éxitos de Dalglish le abrieron las puertas a la Premier.

Tocaba fuerte el Liverpool, el mismo equipo que, junto al West Ham, le había desechado en una pruebas durante su paso por las categorías inferiores. A sus 22 años, Dalglish es protagonista de un traspaso récord de 440.000 libras y firma el contrato de su vida. La presión era máxima y más teniendo en cuenta que llegaba como el sustituto del gran Kevin Keegan, fichado por el Hamburgo. Kenny heredó su número '7' y respondió con goles al escepticismo general. Llegaba a un equipo de ensueño, actual campeón de la Premier y de Europa, y no se amilanó. El campeonato doméstico se escapó ante el sorprendente Nottingham Forest pero Europa seguía siendo 'red'.

Época dorada en Anfield

El Liverpool se medía en la final al Brugges con la clara condición de favorito. Las ocasiones se sucedían pero los fallos constantes de cara a portería desesperaban al entorno 'red'. Hasta que apareció Dalglish. Rápido, con destreza, el escocés recibió en el borde del área, se giró, y batió al portero con un balón picado. Así era 'King Kenny', valiente, frío, espectacular...su desborde e imaginación eran únicas y siempre se servía de su exquisita zurda para definir con plasticidad sin olvidarse de la eficiencia.

Se iniciaba la leyenda 'red', la historia del rey de Anfield. Llegarían seis Ligas, tres Copas de Europa, una Supercopa de Europa, una FA Cup y tres Carling. Numerosos trofeos y grandes noches en Merseyside de las que Dalglish fue pieza importante.


La tragedia de Heysel


Años de éxitos y alegrías que se vieron interrumpidos por una de las catástrofes más recordadas en el mundo del fútbol. La tragedia de Heysel que aconteciera ese 29 de mayo de 1985 tocó de lleno la moral de aquella plantilla 'red'. El Liverpool, fue lo de menos, perdió la final de la Copa de Europa ante la Juventus y la carrera de Dalglish cambió de rumbo. Joe Fagan se resistía a continuar en el banquillo y King Kenny se convirtió en jugador-entrenador.

Le faltó un éxito con su selección, Escocia, con la que marcó 30 goles en 102 partidos

El primer año de la aventura no pudo ser mejor: levantó la Premier y la FA Cup. Dos Ligas más llegarían, pero ya únicamente como entrenador, para ampliar aún más su leyenda en Anfield, y concretamente en 'The Kop', del que Dalglish guarda un gran recuerdo. "Desde aquel fondo de Anfield se vivían los sueños de la gente que nos veía. Era admiración y respeto mutuo". El mismo respeto que cualquier amante del buen fútbol tiene por él.

Y todo ello sin lograr un éxito notable a nivel de selección. Dalglish rindió, no en vano se convirtió en el hoy todavía máximo goleador de Escocia con 30 goles en 102 partidos y protagonizó victorias históricas, pero sin resultados colectivos. Aquellas metas alcanzadas con suficiencia en el Celtic o el Liverpool se le resistieron con su país. Una lástima porque muchos habrían querido ver a King Dalglish en el mayor acontecimiento futbolístico: un Mundial.



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