martes, 11 de agosto de 2009
ANDREAS BREHME , LA ELEGANCIA DE UN AMBIDIESTRO
Hoy toca hablar de otra leyenda viva del fútbol mundial. Pese a retirarse hace ya 11 años, los aficionados siguen recordando a uno de los mejores laterales zurdos que se ha visto en la historia del fútbol. Este genial futbolista destacó por su dominio del balón con ambas piernas y muchos llegaron a etiquetarle como uno de los jugadores más elegantes de la época. Brehme fue un lateral muy completo y su buen hacer le supuso multitud de éxitos.
Con su llegada al Bayern el palmarés de Brehme comenzó a engordar
Brehme comenzó a dar sus primeras patadas en el Barmbeck Uhlenhorst, un equipo de su ciudad natal, Hamburgo. Tras cinco temporadas le llegó la oportunidad de recalar en las filas del Kaiserslautern, club que a la postre sería uno de los equipos de sus amores. Ficho por este conjunto en 1981 y con sólo 21 años Brehme comenzó a forjar su propia leyenda. En el Kaiserslautern disputó cinco temporadas... y a cual mejor. Andreas Brehme se convirtió en una figura de la zaga del conjunto alemán. Su etapa en los 'Die roten Teufel' fue más que destacada y eso hizo que el mejor club de la Bundesliga pusiera sus ojos en él. Así, en 1986 ficha por el Bayern de Múnich y es entonces cuando estrena su palmarés como jugador. Ese mismo año conquista la Liga alemana y en 1987 se hace con la Supercopa de Alemania.
Y del Bayern de Múnich a Italia. Andreas Brehme acpetó la oferta del Inter de Milán en 1988 para seguir los pasos de sus compatriotras Klinsmann y Matthaus. En el país de la pasta sumó tres títulos más a su palmarés (Un Scudetto, una Supercopa de Itlalia y una UEFA). Fue en el equipo 'neroazzurro' donde desplegará su mejor fútbol. Tras cuatro años en el Inter, Brehme decide recalar en las filas del Zaragoza, pero en España no le sonrió la suerte y regresó a su país en 1993.
Con la selección alemana llegó a disputar 86 partidos y su momento de gloria llegó cuando en la final del Mundial de 1990 disputada en Roma, marcó el gol de la victoria desde el punto de penalti y a cinco minutos del final. Alemania ganaba a Argentina y levantaba de esta manera el título mundial. 6 años más tarde de aquel gol, Brehme reconoció en una entrevista que no fue penalti y que, por tanto, su gol no debería haber subido al marcador. El defensa también conquistó la Eurocopa de 1996 celebrada en Inglaterra.
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