lunes, 10 de agosto de 2009

GEORGE BERETA , UN DELANTERO DE SANGRE VERDE








Por encima de equipos tan importantes como el Lyon o el Marsella, que ejercieron su dominio en la Ligue 1 en las décadas más recientes, se encuentra el Saint Etienne. El equipo del Ródano acumula diez campeonatos de liga. Los más jóvenes quedarán sorprendidos al conocer este detalle. La memoria no alcanza a recordar los años dorados de este club francés. En más o menos veinte años, 'Les Verts' (se les conoce como los verdes) coleccionaron multitud de títulos que todavía hoy le mantienen con el palmarés más prestigioso a nivel nacional. De aquel equipo mágico surgió la fiugra de Georges Bereta, un delantero nacido para triunfar en el Saint Etienne.

Bereta, que vivía a sólo 700 metros del Geoffroy-Guichard, representaba el triunfo de la cantera

Bereta nació en Montreynaud, a tan sólo 700 metros del Geoffroy-Guichard. Vivió su infancia soñando que, algún día, esas 35.000 gargantas que calentaban "El Caldero" de Saint Etienne corearan su nombre. No tardaron mucho en cumplirse sus deseos. En 1966, un menudo delantero saltaba al terreno de juego en el choque ante el Lille. Bereta, símbolo de la cantera de 'Les Verts', fue ovacionado por un público que no dejó de pronunciar su nombre durante todo el partido.

Su lucha y entrega, el sacrificio y la solidaridad en el campo de Bereta encandilaron a su afición. Ocho temporadas en las que ganó seis ligas y cuatro copas. Cuatro dobletes en los que Bereta participó de manera importante. No fue un jugador de relleno, tampoco una gran figura, pero sus 53 goles en 281 partidos con el equipo de sus amores sirvieron para ganarse un hueco en el corazón del aficionado del Ródano.

Su imagen comiéndose una zanahoria en el partido ante el Lyon, pasó a la historia de los derbis del Ródano

Eso y su significativa manera de sentir los colores. Como hincha de 'Les Verts' desde la infancia, Bereta vivía los derbis contra el Lyon como nadie. De sus 19 choques ante el eterno rival, uno fue particularmente especial. En 1967, el técnico de los verdes, Jean Snella, señaló que el Lyon había "jugado la zanahoria" (expresión francesa que significa jugar a la defensiva, sin asumir riesgos) en un encuentro copero. La afición del Lyon respondió en el partido de liga a Snella lanzando zanahorias al terreno de juego. Bereta cogió una y se la comió. El pequeño delantero abrió el apetito de su equipo, que venció por 1-2 en el clásico.

Pero la carrera de Bereta también tuvo sus momentos malos. En 1974, los problemas económicos obligan al Saint Etienne a vender a su delantero franquicia al Marsella. El golpe es durísimo para la afición y para el propio jugador. Bereta pasa tres temporadas en el conjunto marsellés entre la discrección y la falta de minutos. Allí y no en Saint Etienne, Bereta pone fin a su carrera. Un agridulce final en un lugar equivocado. "Quería retirarme en el equipo de mi vida, pero no pudo ser. Cuando los aficionados me silbaron en mi visita con el Marsella al Geoffroy-Guichard, fue el peor momento de mi carrera".

Y es que no todas las historias tienen un final feliz...

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