lunes, 17 de agosto de 2009

PAUL GASCOIGNE , GENIO Y LOCURA




"Fui un genio porque poca gente hacía con la pelota lo que yo podía hacer", Gascoigne dixit. No existe mejor definición para el futbolista inglés que la que el propio 'Gazza' expresó cuando le compararon una vez con Maradona. Se podría decir que prácticamente ningún aficionado al fútbol no ha oido hablar alguna vez en su vida de este fantástico jugador. Su magia dentro de los terrenos de juego y sus excentricidades fuera de él hacen del centrocampista inglés una de las grandes leyendas de este deporte.

Es posible que en la historia de Inglaterra no haya existido un futbolista tan exquisito, tan técnico. Con DNI inglés y ADN brasileño, 'Gazza' soltaba un misil de treinta metros lo mismo que tiraba un caño en una esquina. Sus fintas, sus regates, su conducción, su fina manera de finalizar enamoraron a finales de los 80 y principios de los 90. Como todo genio que se precie, la carrera de Gascoigne estuvo cargada de altibajos, de polémica y de muchos excesos. Un desequilibrio que le pasó factura a nivel deportivo. A Gascoigne se le vio tanto tiempo en forma como fuera de ella, pasado de kilos y en un bajo nivel físico.

'Gazza' dio sus primeros pasos en el club de su tierra, Newcastle, formando parte de las categorías inferiores de las 'urracas' con 16 años. Dos años después debutaría con el primer equipo en lo que fue el arranque prometedor de una futura estrella mundial. En el club de St. James Park permaneció cuatro temporadas. Por aquel entonces, los grandes de la Premier se rifaban al excéntrico centrocampista pero sería finalmente el Tottenham de Terry Venables el que se haría con sus servicios.

Con 21 años llegaron los grandes momentos de Gazza, que dejó a los aficionados de los 'spurs' momentos para el recuerdo, como el pase a la final de la FA Cup de 1991. Gascoigne se sacó de la chistera un libre directo magistral para apear al Arsenal. En la final, ante el Nottingham Forest, llegaría la primera desilusión de su carrera: una rotura de ligamentos en su rodilla derecha le apartó de los terrenos de juego.

Aquella lesión frenó su fichaje por la Lazio y una 'inoportuna' caída en un pub mientras se recuperaba alargó la ausencia de 'Gazza'. Finalmente, la figura inglesa recalaría en el club romano por más de cinco millones de libras. El fútbol espectáculo, de toque y precisión de Gascoigne no triunfó en el Calcio. Algún que otro detalle y un importante gol en un derbi con la Roma fueron el bagaje del futbolista en sus tres años en Italia.

Su futuro iba camino de esfumarse entre horas de bares, kilos de más y constantes enfrentamientos con entrenadores, compañeros y directivos, que relataremos en una noticia aparte, hasta que el Glasgow Rangers le rescató para su causa. En Ibrox Park recuperó la sonrisa y llevó a los protestantes al título de liga con 19 tantos, siendo nombrado mejor jugador de la liga ese año.

En Escocia se quedaría sus mejores años y su mejor estado de forma. En la última temporada en el Rangers el declive era más que evidente y 'Gazza' regresó a Inglaterra. Middlesbrough, Everton, Burnley y un paso fugaz por China y Estados Unidos para retirarse con tan sólo 31 años.

El contínuo baile del éxito al fracaso también acompañó a 'Gazza' en su periplo por la selección inglesa. Su participación se limitó al Mundial de Italia 90 y la Eurocopa del 96 en su país. Su carácter controvertido generaba dudas en todos los seleccionadores. Era demasiado bueno como para prescindir de él pero un riesgo en la unidad de cualquier equipo.

En su única cita mundialista se vio la cara más emotiva de la leyenda inglesa. Estadio Delle Allpi, 4 de julio, semifinales ante Alemania. El brasileño Wright mostraba la segunda cartulina amarilla a 'Gazza' y éste rompí a llorar como un niño. Si Inglaterra pasaba a la final, él no podría vivirlo sobre el terreno de juego. Su enternecedor llanto paralizó en ese momento el mundo del fútbol. Gascoigne, ese futbolista impertinente, egoísta e inmune a los problemas mundanos, tenía sentimientos.

Inglaterra se quedó a las puertas de la final y 'Gazza' tuvo que esperar seis años para redimirse. En la Eurocopa de su país y ante el eterno rival, Escocia, Gascoigne protagonizó una de esas imágenes que permanecerá en la hemeroteca futbolística para la eternidad. Un soberbio sombrero y un precioso disparo a bote pronto dispararon las 77.000 gargantas presentes en Wembley. Inglaterra, por cierto, volvió a quedarse a las puertas de la final tras caer ante Alemania en los penaltis. Gascoigne se despediría sin saber lo que era disputar una gran final y nosotros sin saber si reservaba alguna genialidad para un momento como ese.


No hay comentarios: