lunes, 10 de agosto de 2009
GORDON BANKS , MAS SEGURO QUE CUALQUIER BANCO INGLÉS
El fútbol se resume en grandes momentos. Jugadas puntuales que se recuerdan por encima de un título, una manera de jugar...todos recuerdan el gol de Zidane en la final de Champions ante el Leverkusen, la chilena de Van Basten en el Ajax o la vaselina de Cantona en Old Trafford.
Normalmente esas imágenes inmortales son de goles o, desgraciadamente, de agresiones o gestos significativos por su obscenidad. Raras veces una parada, la acción de un portero, permanece imborrable con el paso de los años. Esa hazaña, ese oasis en el desierto de la memoria futbolística, la consiguió Gordon Banks, el portero, decían por entonces, más seguro del mundo.
Sólo la 'araña negra', el mítico Lev Yashin, le disputó el honor de ser considerado el mejor portero del mundo
Tenía por entonces 33 años, venía de ganar el único Mundial de la historia de Inglaterra, pero pocos podían imaginar que el meta de Sheffield pasaría a la historia en aquel Mundial de México. Los 'pross' se enfrentaban a la Brasil de Pelé. Jairzinho llegó hasta línea de fondo puso un centro atrás, bombeado, lento en la caída, y en el segundo palo apareció Pelé. Su cabezazo, picado, rápido y preciso, era un gol seguro...o no. Banks, situado en el primer palo en el momento del centro, tuvo que retroceder sobre sus pasos, estirarse y repeler lo que parecía imposible.
Hoy todavía hay quien dice que fue la mejor parada en la historia de los Mundiales. Inglaterra perdió aquel partido y se despidió del Mundial, pero Banks ya había hecho historia.
En las proximidades del Britannia Stadium hay una estatua en su nombre que inauguró Pelé
No es de extrañar, entonces, que al meta que comenzara su carrera en el modesto Chesterfield acuñara la frase de "tan seguro como los bancos de Inglaterra". En la historia, sólo la 'araña negra', el mítico Lev Yashin le disputó el honor de ser considerado el mejor portero del mundo. A nivel de clubes, sin embargo, la suerte no le acompañó al de Sheffield. No a nivel individual, en el que siempre mantuvo un gran nivel, sino a nivel colectivo.
Del modesto Chesterfield pasó al Leicester City, al que salvó en más de una ocasión del descenso con sus grandes paradas. Perdió tres finales con ellos pero al menos pudo levantar una Carling, título que repitiría con su siguiente parada, en el Stoke City. Curiosamente, Banks tiene una estatua en su honor muy cerca del Britannia Stadium y...¿adivinan quien hizo los honores de descubrirla?Pelé, el mismo que le había elevado a los altares del fútbol con aquella parada en el Mundial de México.
Lo que iba para una inolvidable y larga trayectoria se cortó de raíz en 1972. Banks tenía ya 35 años, pero si le quedaba algo de fútbol en sus manos se esfumó con un accidente de tráfico que le hizo perder un ojo. Banks, orgulloso y algo cabezota, se empeñó en seguir debajo de una portería, pero su aventura en la MLS estadounidense no fue buena y se vio obligado a decir adiós. Un pequeño salto de guión en la película de su vida. La película de uno de los mejores porteros de todos los tiempos.
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