sábado, 25 de octubre de 2008
STANLEY MATTHEWS, EL HIJO DE BARBERO QUE GANO EL PRIMER BALON DE ORO
Hubo un tiempo en que el fútbol no se conjugaba con las palabras dinero, merchandising o periodismo. Los jugadores no anunciaban cremas hidratantes o vendían su alma a un patrocinador. Hubo un tiempo en que el olor a hierba recién cortada y a cuero, junto a las apuestas cruzadas eran toda la esencia de este hermoso juego. En las islas, donde empezó todo, el fútbol dirimía la rivalidad entre condados y los jugadores eran a la vez héroes y personajes cercanos con los que tomarse una pinta al acabar el partido. A esta estirpe pertenece Stanley Matthews, el primer balón de oro de la historia.
Stanley Matthews no guardaba ningún secreto. Todo el mundo sabía lo que iba a hacer, incluídos los defensas. No había sorpresas. Matthews se acercaba al defensa con el balón controlado, el defensa le tapaba la salida y le obligaba a hacer su "movimiento".Por eso los ingleses le llamaban THE MOVE.
Considerado el mejor jugador inglés de su generación, su carrera deportiva está marcada por su increíble longevidad, (estuvo activo hasta los 51 años). La historia de Matthews se forjó en el condado de Stoke on Trent, hijo de un héroe local conocido como “el barbero boxeador” (apodo que conjugaba pasión y profesión), el pequeño Matthews creció dando patadas a pelotas hechas con calcetines. Con quince años ayudaba a su padre en la barbería y trabajaba como albañil hasta que el equipo local el Stoke City le ofreció su primer contrato amateur por una libra a la semana. En apenas dos meses la Central League ya estaba convulsionada por el diabólico regate y la rapidez de un chico que apenas si tenía edad visitar los pubs de la localidad.
En sólo dos años “los alfareros” como eran conocidos los jugadores del Stoke ascendían a primera división. El 15 de Julio de 1934 el jóven Matthews ocupaba la banda derecha de la selección inglesa en un partido frente a Gales. Inglaterra ganaría por 4-0 y Matthews sería amo y señor de aquella banda durante dos décadas. Su dribbling revolucinó el estereotipado fútbol de la época, hasta nuestros días se le considera junto a Gerge Best el mejor regateador de la historia del fútbol inglés. Los años fueros sucediéndose y el Stoke no pasaría de ocupar puestos de mitad de tabla, equipos como el Arsenal o el Sunderland dominaban el campeonato inglés. El 14 de Mayo de 1938 formaba parte del equipo inglés que batió a la Alemania nazi en Berlín, apenas un año después estallaba la segunda guerra mundial y Europa entera ardía en llamas, llegaban años duros para el fútbol.
La gran guerra paralizó la mayoría de las competiciones y muchos jugadores se alistaron en el ejército. Matthews ingresó en la fuerza aérea como preparador físico. Durante la época, el gobierno inglés desmovilizaba jugadores del ejército para disputar partidos amistosos que levantasen la moral de la población. Manchester United, Arsenal o Blakpool tendrían el privilegio de contar con el genial siete de forma testimonial.
Al finalizar la contienda, el Blakpool sería quien le contratase por la cifra record para la época de 11.000 libras. Los “tangerines” de Blakpool perdieron una tras otra tres finales de copa ante el Manchester United y Sunderland, sin embargo la leyenda del juego de Matthews no paraba de agrandarse. Junto a Stan Mortensen, Tommy Lawton, Wilf Mannion y Tom Finney conjuntó una selección inglesa de ensueño, que sin embargo resultó un fiasco en su debut mundialista de 1950 con derrota incluída frente a España con el gol de Telmo Zarra.
Ya con 38 años de edad la gloria tantas veces esquiva con el Stoke le haría un guiño, en su enésima final de copa frente al Bolton y con 3-1 en contra en el marcador, Stanley daría el sólo la vuelta al partido para acabar venciendo por 4-3 y dejar para la memoria de los aficionados una final que ha pasado a la posteridad como “la final de Matthews”. En 1956, la prestigiosa revista France Football creaba el balón de oro, un premio destinado a premiar al mejor futbolista del continente europeo, el elegido era un Matthews que a sus 41 años seguía rompiendo cinturas para el Blakpool. Dos genios madridistas como Kopa y Di Stéfano le secundarían. Ese mismo año sería nombrado “Sir” por la corona británica.
En 1965, y con 51 años, disputaría su último partido, un homenaje entre las selecciones de Inglaterra y el resto del mundo. El fútbol vivía su época dorada, y figuras como Eusebio, Kubala, Di Stéfano o Yashin decían adios a Matthews, el hijo del barbero que ganó el primer balón de oro.
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